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La fuente infinita del deseo, por Fernando Arath Pérez

Fernando Arath Pérez

Escribo esto unos días después del Día de Acción de Gracias, una celebración consagrada en Estados Unidos que marca el comienzo de las festividades de fin de año. En esta temporada, generalmente expresamos nuestros deseos de felicidad y prosperidad y, por lo general, comenzamos a soñar con lo que deseamos para el próximo año. Recientemente he reflexionado sobre el deseo y te quiero compartir mi historia personal con el anhelo.


Cuando era joven, anhelaba obtener sabiduría y pensé que podría encontrarla acumulando conocimientos. Me atraían todo tipo de filosofías, siempre intuyendo que había algo más en juego, algo oculto que necesitaba descubrir. Esta intuición me llevó a buscar más allá de mis estudios académicos a lo que imaginaba era algún tipo de secreto sobre la existencia.


Incursioné en las enseñanzas de la nueva era, pensando que podían contener los secretos que buscaba. La numerología fue una de las artes que me sirvió de entrada a un mundo oculto. Comencé como un no creyente curioso y me sorprendieron los resultados que obtuve del análisis de una tabla numerológica. Descubrí que los altibajos en mi vida personal reflejaban un patrón que emergía al ser visto desde este arte. No como me parecían anteriormente, sin tener ton ni son.


Una vez que tuve el gusto por la dulzura de ir más allá de mis prejuicios y abrirme a algo nuevo decidí llevar mi exploración más allá y miré hacia un tema tabú por mis creencias religiosas, el tarot. Una vez más, quedé impresionado por la profundidad de las revelaciones que podía obtener sobre mi vida al mirar las imágenes y los patrones que se formaban a través de cartas seleccionadas al azar.


Todo lo que había aprendido a través de mi exploración en secreto en las artes mágicas de adivinación y esoterismo parecían estar funcionando para hacer realidad mis sueños. Sin embargo, todavía tenía la sensación de que faltaba algo. Anhelaba algo más, algo que el dinero, las relaciones, o el éxito no me proporcionaban.


No fue hasta que me topé con los 3 Principios en el 2017 que encontré una enseñanza que me dirigiera hacia adentro para hacer los descubrimientos más reveladores de mi vida. Mi inmersión profunda en los Principios me llevó a caer en cuenta de que el pensamiento es la fuerza detrás de todo deseo, o dicho de otra forma, todo deseo es un pensamiento.


Normalmente acostumbramos seguir al pensamiento hacia dónde apunta, hacia el objeto del deseo, sin tomar en cuenta su naturaleza y, menos aún, su fuente. En la exploración de la consciencia que en ese momento realizaba decidí rastrear el deseo (pensamiento) intentando descubrir el misterio de su origen. Esta búsqueda resultó ofrecerme toda una revelación y sus consecuencias aún no termino de desentrañar, pero sin duda alguna lo que descubrí generó un estallido en mi consciencia.


Durante la contemplación del origen del pensamiento, encontré que su fuente es la fuente de todo anhelo. ¡En ese momento sentí un estallido de gozo en mi consciencia! Empecé a ver que la naturaleza del anhelo es la fuerza de la creación, de la emanación de la vida misma en búsqueda de expresión.


Descubrí que lo que había anhelado toda mi vida no sólo apuntaba en dirección externa hacia objetos, sino que en dirección contraria apuntaban a la fuente inagotable desde la cual emergían. Esta fuente no solo emanaba deseos, también era la que los cumplía. Al momento de cumplirse cualquier deseo, es la consciencia en donde se manifiestan.


El anhelo parece interminable y su fuente inagotable. Lo que uno puede desear en cualquier momento es finito, pero la naturaleza del deseo en sí mismo y su fuente última, no lo son. El deseo y su fuente, la Mente Universal, son infinitamente creativos y generosos.


Mi deseo sigue vivo y arde con fuerza, pero esa hambre por los objetos de mis multiples deseos ha disminuido significativamente desde aquel descubrimiento. Mis deseos se han transformado por un anhelo por la simplicidad, el silencio armonioso de una consciencia en paz, y el gozo que genera el agradecimiento por lo maravillosamente ordinario que se me presenta a diario.


Anhelo que esta fuente nos siga guiando a todos a la paz, felicidad y prosperidad que tanto deseamos. ¡Enhorabuena!


Fernando Arath Pérez


«Todos buscamos la iluminación, seamos conscientes de este hecho o no, y amigo, te digo algo… Los pensamientos más puros son los peldaños de la escalera que conducen al éxito». Sydney Banks

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