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La ilusión de estar perdido por Verónica Mery


¿Alguna vez has sentido que estás simplemente "pasando los días", sin una verdadera dirección o propósito? Es una sensación abrumadora, como estar atrapado en una rueda que gira sin parar, pero sin un rumbo claro. Muchas veces, cuando nos sentimos perdidos, buscamos respuestas afuera: en nuevos proyectos, metas o incluso en la aprobación de los demás. Sin embargo, esas soluciones suelen ser temporales, y la sensación de estar perdidos regresa una y otra vez.

 

La verdad es que el propósito no se encuentra en lo que hacemos o conseguimos, sino en la claridad interna con la que vivimos. Y esa claridad proviene de una fuente que siempre ha estado disponible para ti: la consciencia. Hoy vamos a explorar cómo, al entender la naturaleza de la consciencia, puedes reconectar con tu propósito de vida, incluso en los momentos en que todo parece confuso.


Sentirse perdido es una experiencia común, pero la mayoría de las veces no se debe a una falta de propósito, sino a una falta de claridad en nuestra mente. Cuando nuestra mente está nublada por pensamientos de incertidumbre, dudas y estrés, nos sentimos desconectados de nuestro propósito. Sin embargo, lo que no vemos es que ese propósito nunca se ha ido; simplemente está cubierto por una niebla temporal de pensamientos.


Es como si estuvieras conduciendo en medio de una densa niebla. El camino está ahí, pero no puedes verlo con claridad debido a las condiciones externas. Del mismo modo, cuando nuestra mente está sobrecargada, no podemos ver con claridad el propósito que ya existe en nosotros. Lo que necesitamos no es cambiar el camino, sino esperar a que la niebla (nuestros pensamientos confusos) se disipe.


Imagina que tu vida es como un coche que está equipado con un GPS. El GPS sabe siempre cuál es el destino final y tiene la capacidad de redirigirte si tomas un desvío equivocado. Sin embargo, cuando te sientes perdido, es como si hubieras apagado ese GPS, olvidando que ya tienes dentro de ti todo lo necesario para llegar a tu destino.


La consciencia, en este caso, es como el GPS de tu vida. Es la capacidad de "darte cuenta" de lo que estás experimentando en este momento. No se trata de tener todas las respuestas de inmediato, sino de confiar en que, al prestar atención a tu experiencia interna, las respuestas llegarán. Al reactivar tu consciencia, es como encender nuevamente el GPS: la claridad empieza a surgir, y aunque puede que no veas el destino final, sabes que estás en el camino correcto.


Los 3 Principios nos ofrecen una guía clara para entender cómo reconectar con nuestro propósito cuando nos sentimos perdidos. Veamos cómo cada uno se aplica en este contexto:

  • Pensamiento: Sentirse perdido es, en última instancia, un producto de los pensamientos que estás teniendo en el momento. Cuando esos pensamientos son de duda, ansiedad o desesperanza, naturalmente te sentirás desconectado de ti mismo. Sin embargo, esos pensamientos no son permanentes, son como nubes que cruzan el cielo. No tienes que luchar contra ellos; sólo debes dejarlos pasar.

  • Consciencia: Aquí es donde se encuentra la clave. La consciencia es lo que te permite "darte cuenta" de esos pensamientos sin quedarte atrapado en ellos. Al regresar a un nivel de consciencia mayor, puedes empezar a notar cuando estás atrapado en pensamientos de confusión y reconocer que esos pensamientos no son la verdad, son sólo una perspectiva momentánea.

La consciencia te permite ver más allá de los pensamientos y reconectar contigo mismo a un nivel profundo.

  • Mente: La mente, o la inteligencia universal, es la fuente de sabiduría que siempre está disponible para guiarte. Aunque en momentos de confusión no lo sientas, esta inteligencia está siempre presente, como el GPS que sigue funcionando en segundo plano, listo para guiarte cuando te permitas escucharlo.


Cuando nos sentimos perdidos, la respuesta no está en seguir buscando externamente, sino en prestar atención a lo que está ocurriendo dentro de nosotros. La consciencia nos permite observar nuestros pensamientos sin identificarnos con ellos, y al hacerlo, poco a poco, las nubes de confusión se disipan y la claridad emerge.


Tu propósito no está perdido, simplemente está cubierto por capas de pensamientos momentáneos que te hacen creer que no sabes hacia dónde vas. Al prestar atención a tu consciencia, puedes empezar a notar esos momentos de claridad y confiar en que estás exactamente donde necesitas estar en este momento.


Verónica Mery

 

                                                    

 

 

 

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