«La verdadera inteligencia es una mente quieta, que es un canal abierto a la vida y todo lo que ve es la Esencia. Y dentro de esta Esencia, todas las cosas son perfectas. La mente es usada para recibir la Esencia» - Sydney Banks
Hoy quiero darme el permiso de utilizar mis recuerdos y memorias para apuntar a dos aspectos fundamentales del entendimiento de la Mente: La capacidad de revelación y nuestra verdadera Identidad Infinita.
Quiero contarte cómo todo lo que había entendido, interiorizado y conceptualizado respecto a los tres principios, tomó forma y se hizo experiencia, dando lugar a un nuevo nivel de entendimiento, pero sobre todo a un poderoso nivel de reconocimiento de lo que soy, de lo que somos.
El entendimiento de los tres principios llegó a mi vida de manera accidental, mientras buscaba una certificación como coach, y empecé a descubrir muchas cosas a través de profundizar en él. Sin embargo, a medida que más me adentraba en el entendimiento, sentía que había algo más grande que yo no estaba viendo y eso desencadenó en mí un deseo profundo, que venía no desde la necesidad sino desde un espacio genuino que se estaba abriendo dentro de mí.
Como suele suceder con este tipo de impulsos, se empezaron a dar circunstancias, momentos, encuentros que me llevaban directo a lo que estaba buscando.
Fue así, como un día, en medio de una exploración grupal, fui consciente de ese algo más grande. Mientras explorábamos, yo tenía una pregunta latente en mi mente que empezaba con "¿Pero ¿cómo hago para…?" Mientras tanto, la pregunta estaba siendo respondida pero mi mente no podía verlo, de repente pude ver como la pregunta y la respuesta se estaban dando simultáneamente, y en ese momento mi mente se deshizo. Sentí como una parte de mí se desprendía de mi cuerpo, por lo tanto, de mi mente, y era como si yo me hubiera elevado un poco y podía ver desde «arriba» y me veía siendo el cuerpo abajo y me veía siendo algo más arriba.
Mi corazón empezó a latir más rápido, mis lágrimas no paraban de salir, sentía una sensación que puede describirse como Amor, pero a otro nivel. Mientras tanto mi mente en calma, aunque en realidad, si describo lo que sentía con precisión, mi mente parecía no existir.
En ese momento todas las preguntas se desvanecieron. No importaba cuál era mi pregunta en la exploración, cuando hablo de todas las preguntas me refiero a todo lo que yo me cuestionaba en la vida, en todos los niveles, en cada aspecto. Toda sensación de búsqueda, de mejora, de que algo me faltaba, simplemente desapareció.
Lo que la experiencia me trajo fue una única respuesta para todo: nada es como yo pienso, ni siquiera yo, porque lo que soy es una consciencia infinita manifestándose cada instante. Pero esta vez no era un concepto más.
También pude descubrir que nuestra capacidad de darnos cuenta no está limitada por aquello de lo que nos damos cuenta y que nuestra capacidad de Ser no está limitada por la forma en que estemos siendo en este momento.
No suelo compartir mucho esta experiencia. De hecho, es la primera vez que lo hago de manera pública, sobre todo porque he notado que puede prestarse a dos malos entendidos. El primero, que puedas hacerte de nuevo una imagen de cómo debería verse, sentirse o experimentarse una revelación; el segundo, viene un poco ligado al primero y es que puedas perder de vista que la revelación en tu vida es constante, inmutable, es presente, es infinita. La revelación eres Tú.
Entender cómo funciona tu mente, de dónde vienen tus emociones, por qué y para qué están aquí trae a tu vida paz, plenitud, bienestar y eso es un regalo invaluable. Pero descubrirte más allá de tu mente trae a tu consciencia lo que yo llamo «la indescriptible alegría del Infinito». Eso es lo que está disponible para ti. Aquello que buscas ya te ha encontrado, se encuentra aquí y ahora. ¡Respira!
Lorena López
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