¿Qué es el ego? ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Tiene algún cometido? ¿Me ayuda? ¿Me boicotea?
Podríamos verlo como una escultura que hemos esculpido durante muchos años de lo que piensas que eres y lo que piensas que es la vida con una “pequeña diferencia”, esta escultura en vez de piedra está esculpida de humo.
¿De humo?
Si de humo porque en cuanto lo identificas y te das cuenta de lo que verdaderamente es, desaparece como el humo o como la niebla.
También podríamos definirlo como una función de nuestra mente personal ¿Función? Si podemos verlo como un guardia de seguridad, una alerta, una protección, una señal de supervivencia.
La gran clave, a mi entender, es que nos pasamos la vida guiados o filtrando hechos a través de él, pensando que eso es lo que somos porque viene de nuestro interior y eso no es cierto.
Es cierto que esta función está ahí, pero está en nuestro nivel de consciencia el darnos cuenta de lo que es, y en ese momento parece que se nos desmonta la película de nuestra vida. A veces nos resistimos a esta revelación, pero una vez que nos cae la revelación no hay vuelta atrás, entramos en otra experiencia, la de elegir cuando si y cuando no le hacemos caso, aquí nuestra realidad cambia.
Normalmente este hecho da paso a un caudal muy poderoso que es la sabiduría, aunque no está muy claro que va antes, si el huevo o la gallina. La sabiduría al contrario que el ego no es una función de la mente personal sino de algo más desconocido, inmortal, quizás una función del espíritu. No lo sé certeramente porque todo lo que rodea a la no forma es un misterio que no sé si resolveremos en vida. En lo que sí podemos es tener fe y confianza es en la vida, probablemente no resolvamos enigmas, preguntas o misterios, pero si conseguiremos una vida más tranquila y serena.
Y ojo no quiero denostar la intelectualidad ni al ego, lo poderoso es encontrar el equilibrio entre inteligencia y la sabiduría, ese es el gran reto, quizás en ese momento al tener a la mente personal al servicio de la sabiduría empiecen a cambiar muchas cosas en mí, en los demás y en el mundo.
¿Te animas a buscar sin buscar? ¿Te animas a profundizar sin expectativas? ¿Te animas a entender un poco más la vida? ¿Te animas a conocerte?
En esta comunidad encontrarás grandes exploradores que te pueden acompañar pero no olvides que tú tienes tú propio Indiana Jones.
Manuel Urea
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